06 febrero 2017

Con el adverbio todo se digiere mejor


Supervénus. Frédérick Doazan, Arte TV.
Un día cualquiera a esa hora cualquiera en la que, como de costumbre, buscas trabajo buceando en cualquier medio, abres el periódico. Y entonces te lo encuentras. Voilà : entre un adjetivo y un adverbio de modo se esconde el antídoto que estabas esperando: “Estrategias para rejuvenecer: el bótox es un pequeño pinchazo totalmente soportable”. Mientras que el cerebro te impulsa a seguir leyendo, tu mirada se queda prendida en ese adverbio. “Totalmente” es la clave – Piensas. Los pinchazos que te da la vida se pueden soportar más, o pueden soportarse menos. Pero cuando no pesan nada, uno se tira a la piscina sin pensarlo. Al fin y al cabo, si a la “grasa” le lipo-succionamos la “r”, se queda en una fina y estilizada gasa que pasearía con orgullo su fibroso esqueleto.

Puedes vivir sin arrugas, pero es imposible vivir sin grasa. En el periódico lo saben bien: no es lo mismo tragarse una pastilla a secas y que te irrite la garganta que tomársela con agua. Podrían, por ejemplo, vender pastillas de adverbios para hacer llegar el marketing al más amplio público posible. Así las de adverbios de lugar, serían verdes y para pasear, (allí, acá, enfrente, lejos) por la playa y fiestas públicas. E incluso con olor a mar (o a noticia de sucesos). Las de adverbios de modo (tranquila y ricamente), que sean fibrosas, recias, azules. Y las de tiempo serán rojas, urgentes. Del tiempo presente del hoy, y de la previsión del mañana para tomarlas siempre ahora.

Y para ayudar a tragar, no hay nada como un gran vaso de la mejor agua del grifo anunciada por la tele, que suele ser superior. El adverbio te alienta a hacerlo, pero el adjetivo, “soportable” te da un bálsamo contra el miedo, un Lexatin contra la duda. En este caso, el adverbio ha cumplido su función mitigadora de la presión social, patrocinando la estupidez.

Como complemento alimenticio, un laxante social: el Botox, que como la misma noticia advierte, serviría incluso para el dolor de cabeza. Con una inyección cada tres meses, olvídese de quebraderos causados por el “y esta noche, ¿qué me pongo?” y otras dudas existenciales. Entonces el Botox se convierte en “Brotox”, un parche por el que se escapan a borbotones las vísceras podridas de la psique, de tu mente; un grifo del que brota una anestesia mental, junto con humores y líquidos de naturaleza sospechosa que ayudarán a somatizar tu ansiedad en la digestión.

Pero volviendo al diario, el siguiente párrafo del reportaje, advierte de las consecuencias: “(…) pero deja un aire paralizante muy poco natural si se inyecta mal o se abusa”. Tras este aviso parece que te quedas más tranquilo. Hasta que al cerrar el periódico te viene el típico olor putrefacto y dulzón que desprenden las noticias amarillistas. Impulsada por tu diafragma, una arcada da visos de querer asomarse a ver la noticia.

¡Ay, qué ardor! – Y te vas a la farmacia en busca de una píldora contra el reflujo gástrico.

18 julio 2016

Un paseo de altura (Sección de noticias)


De Telegraaaf Nieuws, 14 Februari 2016, Leiden
(Diario “El Telégrafo”, 14 de febrero de 2016, Leiden)

En Holanda y concretamente, en Leiden, no hace falta subirse a unos tacones para pasear en las alturas: basta con estacionar la bicicleta en lo alto de la próxima farola. Este eficaz sistema antirrobo ha sido ideado por tres ancianos de Ámsterdam, hartos de no poder salir corriendo cada vez que un gamberro les hurtaba la bici. 

Hansen, el más joven de los inventores, relata a este diario que hoy en día, aparcar se ha convertido en un deporte de riesgo, pues teme levantarse una mañana y encontrar su bici enterrada en chatarra. El método, patentado como farociclum, se ha revelado de gran utilidad contra las dificultades de encontrar aparcamiento. Por otra parte, “hoy en día, las bicis sin candado se roban por doquier”, explica Dieter, otro de los padres del invento, “por lo que estamos contribuyendo a la seguridad de los ciudadanos”, concluye.

Desde la oficina de patentes holandesa, afirman que la idea es perfectamente plausible y una estupenda vía de descongestión del tráfico. Según las instrucciones depositadas en la patente, la bici se izaría a la farola, elegida entre las autorizadas por el ayuntamiento, mediante un sistema cuerdas muy similar al de las banderas.

Surgen, sin embargo, algunos problemas derivados del vacío legal de esta nueva figura; entre ellos, el de quién sería la persona encargada de izar las bicis, pues por el momento los propietarios no poseen experiencia, circunstancia que podría causar graves daños personales y destrozos en el mobiliario urbano.

Hanneke Swartz, alcaldesa de Leiden, ha sugerido recuperar del pasado la figura del farolero, en este caso, con una nueva función: la de izar las bicis a su particular aparcamiento. La Asociación de Faroleros Neerlandeses ha acogido con júbilo esta medida, pues permitiría que los descendientes de estas familias puedan labrarse un futuro más digno que el de sus padres, hundidos, en este Siglo XXI, en la miseria. La señora Swartz propone incluso pagar un sobresueldo a los faroleros que estén dispuestos a velar las bicis durante la noche, para evitar, en la medida de lo posible, hurtos y actos vandálicos organizados.

Según el Consistorio, esta nueva normativa entrará en vigor a partir del próximo mes y será de obligado cumplimiento en todos los municipios. No obstante, fuentes vecinales confidenciales afirman que en las noches de luna llena, han visto a los tres ancianos subirse a las farolas y, con sus sudaderas de capucha, pedalear por los cielos al estilo de E.T. Por su parte, la alcaldesa Swartz ha desmentido firmemente estos rumores y resta importancia a lo que ella llama “chismorreos sin fundamento”, pues el reglamento de circulación aéreo aún se encuentra en vías de aprobación.

Los sectores más críticos aventuran que el farociclum quedaría fuera del alcance de los menos deportistas. Sin embargo la Federación de Ciclistas Urbanos de Leiden ha defendido a ultranza la medida: para su presidente, el señor De Haagen, el paseo matutino se convierte, así, en un excelente sustitutivo de las pesas en el gimnasio.

13 julio 2016

¿Asesinato?

Húmedas noticias:
En la fuente silente ha aparecido,
ingrávido,
un sudoroso japonés
acusado de difamación.
La algente imprenta en la que trabajaba
encontró bajo su escritorio
una columna necrológica de estigia tipografía.
Excitados por la veracidad de la nota
los periodistas concluyen su investigación:
el japonés se hizo el harakiri.

01 julio 2016

28 abril 2016

Novedades

Un nuevo vacío me asalta:
roja alegría, creatividad fría.
Es dudoso, escalofriante el salto.
Este amor es un experimento.

23 abril 2016

19 abril 2016

Borrachera

Euforia, alegría, colores intensos, ¡Huy, que me tiro el vaso! me río, mareo, ¿bailamos? Nos vamos, a dónde, no sé, ligero me siento, hoy quiero volar, angustia, colores intensos, llorar, ¿qué hago hoy aquí?  Desgana, acidez, vomito en el baño, ¡Qué asco! Mi ex. Lloramos (yo lloro), me río otra vez, sonidos intensos, dolor de cabeza. A la cama. 

RESACA.

Lo juro, el finde que viene no bebo.