Las letras son breves. Se combinan, juguetean, asombran. Son átomos de la palabra, núcleos de la frase. Vagan por el mundo en busca de su lugar perfecto, pero tal lugar no existe. Dinámicas y atrevidas, las letras se rebelan contra las normas lingüísticas. Las agarro por las patas para ponerlas en su sitio, pero no me dejan. Se agitan, bailan a su antojo. Están confundidas y revueltas. Quiero ordenarlas, pero escapan de mi control… Estas letras tienen vida propia.
13 marzo 2016
El embrujo de Morfeo
No me gusta dormir. Me horroriza perder la creatividad que me otorgan las horas de vigilia. Hasta que llega el momento de despertarme, cuando evito a toda costa desprenderme de los brazos de Morfeo.
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